Un año de contrato era lo que le quedaba a Andrés Ibargüen con el Club América, pero la opción que el colombiano les dio fue únicamente rescindir su contrato, para que lo que Santos pagara por él pasara a manos del propio jugador y su agente, mas no a los bolsillos de la directiva azulcrema.







De acuerdo con David Medrano, a la llegada del jugador pagaron cerca de 4 millones de dólares y su contrato se hizo por cuatro años; cada uno de un millón anuales con la idea de proteger la inversión en una posible transferencia así como pasó en esta ocasión con los Guerreros.







El problema es que en Coapa tuvieron que ceder a la petición del jugador y además otorgarle parte de lo que se le debía por el contrato para que el futbolista aceptara ir a Santos, ya que Santiago Solari había solicitado a Álvaro Fidalgo y requería liberar una plaza de extranjero.



Esto fue posible porque en la Liga MX se cambiaron las reglas, si bien un jugador no podía ser transferido a otro equipo si apareció en la banca de cierto club, las nuevas normas permiten que así sea, la única condición es que el futbolista no haya tenido minutos con el equipo; la idea de esto es apoyar a los conjuntos por cuestiones de Covid.


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