Ciudad Universitaria no es un campo que intimide a América, más bien es un feudo que lo invita a tirar de orgullo, coraje y temperamento. Llegaba remendado al Olímpico el conjunto azulcrema, pero no se asumió como víctima, fue un equipo que supo sufrir y se llevó una victoria que, a falta del partido entre Morelia y Puebla, lo mete (por primera vez en el torneo) lo pone en puestos de Liguilla.



Fue Pumas el que se mostró un poco más atrevido en el arranque, pero poco efectivo en sus intentos de generar peligro. América se ordenó bien en su reducto defensivo, el plan de las Águilas pasó por no estresarse, sabía que tendría sus opciones, aunque volvió a pasar adversidades en el arranque del juego, pues Miguel Samudio cayó lesionado de la pierna derecha.



Las Águilas son un hospital andante, pero aun así tuvieron la capacidad para contener el ímpetu de los felinos. Palencia quiso ser un tanto atrevido y puso a Gallardo como lateral, el problema es que a Jesús le cuesta más el desequilibrio arrancando desde atrás.



La Volpe tuvo que montar un equipo remendado, ante la lluvia de bajas el Bigotón le dio la alternativa al chico Diego Lainez (en el plan original estaba que jugara Gerson Torres, pero el costarricense fue registrado con la sub 20 y el reglamento indica que un jugador extranjero registrado en categorías inferiores no puede jugar en Primera División). Así que Lainez asumió de arranque, vio poco balón, pero cuando la tomaba de inmediato mostraba su buen manejo de pelota.



El primer aviso serio lo dio Pumas, Abraham habilitó a Gallardo que bajó la pelota con la cabeza para Castillo, pero el artillero chileno remató por encima. Se la perdió claramente y eso en estos partidos pasa factura.



América se fue acomodando, no pasó tantos apuros porque las conexiones universitarias no fluían. Oribe cabeceó un centro de Mares y la pelota se fue por un costado, las Águilas decían presente en el partido y mantenían el orden defensivo.



En el momento en que adelantó líneas y presionó, el equipo de La Volpe recuperó una pelota en campo rival, la bola le llegó a Romero que disparó con derecha al poste de Saldívar. El Chino marcaba su primer gol del torneo en un partido capital.



La reacción de Pumas fue pasiva, nada de arrebato, un juego muy mecanizado que carecía de acompañamiento y era de mucho pelotazo al área azulcrema. América lo sobrellevaba y Universidad medio apretaba, porque ni Rabello ni Barrera lograban desequilibrar por sus bandas. Pero en el tiempo de compensación el cuadro azulcrema logró el segundo. Una conducción de Mares que acabó con Alcoba en el piso y que Pumas protestó como falta, le permitió a Oribe llegar al área, driblar a Saldívar y empujar el balón.



El segundo tiempo obligaba a Pumas a tirar de arrebato, tenía que ser un equipo más agresivo y decidido, así fue. Universidad dio un paso al frente, apretó y empezó a tener más presencia en campo rival y encontró el descuento al 52' en un cabezazo de Nicolás Castillo al que no llegó Marchesín.



El partido cambió de guion, Pumas estaba revolucionado, así que La Volpe mandó a Javier Güémez por Lainez para tener más músculo en medio campo. Universidad no bajó en sus pulsaciones, persistía, pero América resistía. Marchesín atajó un tiro raso de Barrera y luego su defensa alejaba cada balón que amenazaba su arco, pero un par de errores en la defensa le dieron el empate a Universidad. Fallaron William (cedió corto) Mares (en el control) y a Marchesín se le escurrió un tiro de Castillo que igualó la pizarra al 67'.



Partido eléctrico, abierto para ambos bandos, con las mejores sensaciones para Pumas que olía la sangre y el temor de los americanistas. Marchesín salvó un par de ocasiones en las que Universidad pudo irse al frente.



América buscó con algunos arribos, pero sin fortuna. En la recta final las Águilas tuvieron una jugada orquestada por Cecilio que el mismo guaraní capitalizó para devolverle la ventaja a los americanistas. Se fajaron los dos equipos en el final, pero Pumas ya no pudo dar alcance. América fue a CU y encontró un resultado vital en un momento clave, en una tierra hostil, las Águilas dejaron claro que no se doblegarán en la adversidad.


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